lunes, 21 de septiembre de 2020

Capítulo 4

 Asunción  va a la ferretería. Se emociona al ver que está solo Tomás .

--¿porque no viniste anoche? Me dejaste plantada.

Él se pone nervioso. Se quiere dejar llevar por el pasado y por su cuerpo pero no le quiere faltar a la madre de sus hijos.

--¡es una locura, los dos somos padres y estamos casados¡ ¡haremos mucho daño¡

--¿y nuestro hijo?¿olvidaste que tenemos un hijo?

Tomás   mira al almacén muy nervioso:

--¡mi padre está dentro, te puede oír¡

--¡pues que me oiga¡¡si esta noche no hablas conmigo le diré a todos que tenemos un hijo¡

--A mi no me consta que yo sea el padre de tu hijo y seguro que a ti tampoco.

La madre de Jose  lo mira amenazante:

--¡hablo en serio. Si no vuelves conmigo te vas a arrepentir¡¡te espero esta noche aquí, no me falles o mañana tu esposa lo sabrá todo¡

Tomás   se asusta pero no puedo protestar ya que Asunción  se va decidida. Tomás   no sabe qué hacer. Le decepciona que la mujer lo haya chantajeado y no se quiere doblegar a su voluntad.

--¡aunque lo desees no puedes caer en su chantaje¡ --se dice dolido.




 


Jose  llega a la plaza con su perro muy contento. Está deseando ver a su amado. Le duele que él no lo haya buscado y ha tenido que luchar mucho consigo mismo para no ir a buscarlo. Al entrar en la plaza, ve a Xýlon  dentro de una de las zonas ajardinadas (donde se supone no puede estar la gente). Jose se estremece. Siente escalofríos sólo de mirarlo. Sus ojos se van detrás de ese adolescente que está bien bueno. Xýlon  está de espaldas y no lo ve. LLeva una camiseta sin mangas que lo hace muy sexy. Los pantalones, cortos y azules, le hacen un culo muy bonito. El hombre le mira las piernas con deseo. Se siente un degenerado. Aunque  lo ve como a un hombre no deja de ser un niño y eso lo atormenta.

--¿en qué va a acabar todo esto? Me lo tengo que arrancar del alma pero no puedo. ¿cómo podría olvidarlo si él me ha enseñado lo que es el amor? Lo amo tanto... --piensa con deseo y culpa.

El  cogito se estremece al pensar en el momento de pasión que han compartido. Piensa en Xýlon  con deseo pero también con vergüenza y culpa. Se siente sucio.

--si alguien se entera de lo que ha pasado me metería en un lío, quisiera olvidarlo pero no puedo --se repite para sí el  angustiado hombre.

A pesar de sus miedos mira bastante al adolescente. Aunque quiere ser discreto no puede apartar la mirada del cuerpo del guapo adolescente. Se ha quedado parado delante del jardincito como si su perro estuviera oliendo algo.

--te amo, te amo --le dice pero sólo para sí.

Quiere acercarse, hablar con él con el derecho que le da el haber tenido su rabo dentro. Xýlon  no está solo. Valentín  (entre otros) están con él. También está de espaldas pero se gira de repente. Jose  lo mira tenso. Se da cuenta que habla con el griego. Luego Valentín lo mira con burla. El griego ni  se inmuta.  A José le da miedo la sonrisa del amigo, cree que va a avisar a todos para burlarse de él y se va con miedo.


Jose, al llegar a su casa, se encierra en su

cuarto y rompe a llorar tumbado en su cama.

--No se me acercó, ni se me acercó aunque fuera para saludarme. Él sabía que yo estaba ahí y después de que hicimos el amor ni me dijo hola. Hizo como si nada. No le importo. Soy un tonto. Es solo un niño en busca de sexo. No se me va a volver a acercar y si lo hace será sólo para pasar el rato. Otro más que me usó. Es que no aprendo. Pero ahora he caído demasiado bajo. 

Siente rabia y culpa por sus sentimientos y se regaña a sí mismo.

--¿¡qué clase de hombre eres tú?¡ ¿Es que te gusta que un hombre te use solo para desahogarse y lo peor es que Xýlon  ni siquiera es un hombre. Es un niño. No es un hombre para mi, es un niño todavía. ¡no puedo sentir algo por él, es un sentimiento enfermizo¡¡hasta es delito¡

El hombre está muy angustiado y aunque no quiere pensar en el chico no puede dejar de recordarlo.

.




Tomás   se ha dejado vencer por los recuerdos del pasado y cuando cree que su esposa duerme se va. No imagina que Carlotta  estaba despierta y lo sigue. A la mujer le da tiempo a ver como su marido entra en la ferretería con una mujer. Asunción  y Tomás   se devoran con deseo.

--es la última vez, júrame que es la último vez--jadea él-- júrame que no me vas a volver a buscar y menos a llamar.

--sí, sí pero ámame. Necesito que me ames una vez más --dice ella que no piensa cumplir con su palabra.

Con cuidado de no hacer ruido, Carlotta  entra aprovechando que tiene una copia de la llave. Oye los jadeos y eso la mata. Quiere enfrentarse a su marido, saber quien es su amante pero no se atreve y se va corriendo llorando.


La madre de Xýlon  llega a su casa deshecha. Desea hacer las maletas, volver a su país con sus hijos. Entra en el dormitorio de su hijita y eso la tranquiliza.


Sin imaginar que su esposa lo ha descubierto, Tomás  se viste en silencio y con culpa. Siente remordimientos por haberse dejado llevar por sus recuerdos y haber traicionado a la madre de sus hijos.

Se quiere ir sin decir nada pero Asunción  lo abraza desesperada:

--¡no me puedes dejar así¡

Él se la saca de encima a pesar que ella le suplica:

--me has jurado que no me ibas a volver a buscar.

--¡yo no te he jurado nada¡¡tú y yo tenemos un hijo¡

--¡eso no es cierto¡

--¡yo sé que mi hijo pequeño  es tu hijo. Se te parece y si yo digo que tú eres el padre, todos me van a creer a mi¡

Tomás   hecha a Asunción  de la tienda de malas maneras. Ella llora y suplica.

--¡si me dejas se lo contaré a tu esposa¡

él la mira molesto:

--¡haz lo que se te pegue la gana¡

Él se va y ella se queda herida. En silencio, Tomás  se tumba al lado de su esposa. La besa y le pide perdón creyéndola. Ella hace que no se entera pero llora de rabia. 



Al día siguiente Carlotta  se comporta como si no hubiera pasado nada. Cuando está sola dice:

--¡no me va a tomar el pelo¡¡lo voy a pagar con la misma moneda¡me acostaré con el primero que vea¡

Llaman a la puerta. Es Valentín  que pregunta por Xýlon .

--mi hijo no está pero pasa --dice provocadora.

Él traga saliva excitado.


Xýlon  está delante de casa de Jose . Admira la gran moto de Manuel .

--si quieres te dejo dar una vuelta --dice el hijo de Asunción .

--sí, me encantaría. Me van a comprar una pero no como esta.

Tomás   los ve y se acerca. Nunca había visto al hijo de Asunción  tan cerca y tiene curiosidad. Si le nota parecido a él y eso le emociona.









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