martes, 22 de septiembre de 2020

Capitulo 20

  

Xýlon recibe la visita de su padre. Aunque sentirse querido trae consuelo a su atormentada y joven alma, el adolescente le dice a su progenitor:

--ayer te dije que no volvieras, no me gusta verte aquí. Sé que no soy el hijo que esperabas.

Tomás acaricia a su hijo con mucho cariño. Con orgullo pero con pena, le dice: 

--estoy muy orgulloso de ti, eres el mejor hijo del mundo. A pesar de tu juventud eres responsable y maduro. Defendiste el honor de tu hermana y el de tu madre. Yo sé que quien...

Xýlon pone la mano en la boca de su padre:

--No lo digas, las paredes oyen. Espero que entiendas mis razones. Yo no inventé la ley pero afortunadamente la ley protege a un menor aunque este sea el peor de los criminales. No importa el delito que haya cometido, a los 18 años ya está libre. Sólo serán dos años y aquí no se está tan mal.

--Si yo pudiera me pondría en tu lugar.

--No lo hagas, yo tomé una decisión y si te parezco tan maduro pues no empeores las cosas.

Los ojos de Xýlon se llenan de lágrimas pensando en Jose pero no se atreve a preguntar por él.

--¿necesitas algo? --le pregunta el padre porque se da cuenta que le quiere hablar.

Para cambiar de tema dice:

--también estuve hablando con Manuel , sé que habló contigo. Yo nunca lo acepté como hijo mío pero me da gusto que os queráis como hermanos.

--apóyate en él y ayúdalo.

Aunque ha querido aparentar fuerte, Xýlon rompe a llorar en brazos de su padre.

--llora, llora. Te has convertido en un hombre demasiado deprisa y yo ya no sé que hacer para ayudarte.

--quédate al lado de mamá y de mi hermana y de Manuel , apóyalos a ellos que son los que te necesitan de verdad..



Jose y su madre acompañadas de Maria Luisa y Pablo llegan a la casa de doña Asunción después de enterrar a Agustín . Sólo ellos han asistido al sepelio. Las dos madres quieren hablar muy seriamente con el cojito.

--me has dado el disgusto de mi vida, no sé como has podido hacerme una cosa así. Sólo espero que nadie más se entere que este asunto tan feo.–Asunción .

--¡quiero que sepas que te podríamos denunciar después de lo que hiciste pero después de lo que pasó pues como no tenemos cara. No queremos un escándalo ni dar otro disgusto a Carlotta y Tomás. Pablo es tu marido y pues tú boca callada y no deshonres a mi hijo, te casaste con él hasta la muerte y así será¡ --Maria Luisa .

Jose se seca sus lágrimas, está muy atormentado por todo lo que ha pasado:

--acabo de enterrar a mi padre, que aunque fuera un miserable era mi padre. No tengo ganas de hablar de nada más.

Pablo lo abraza a pesar del evidente rechazo de Jose y dice a su madre y a su suegra.

--yo amo a Jose y seré su guía. Su apoyo. Vamos a ser muy felices.

Jose lo mira extrañado que hable como si tuvieran un largo futuro juntos pero está demasiado atormentado como para pensar en eso.


Tomás está llegando a la casa y Asunción va a su encuentro y se enfrenta a él.

--¡así que es verdad, has vuelto a tu casa¡¡¡tu hijo acaba de matar a mi marido, deberías estar a mi lado apoyándome¡

--¡no, mi lado es con mi esposa y mis hijos, mis tres hijos¡

--¡Manuel es mi hijo¡

--también es mi hijo y ya no quiero seguir hablando. Sí, tu marido ha muerto y por eso tú le debes guardar respeto a su memoria y como yo estoy ligado a su asesino pues no podemos seguir juntos. Tú fuiste la primera pero nunca te quise, todo acabó para nosotros.

Con desesperación la mujer le dice:

--¡si me dejas me mato¡

--espero que no seas tan mala madre para hacerle una cosa así a tus hijos.

Tomás entra en la casa a pesar de los angustiosos gritos de esa mujer que llora y pide que no se vaya.


Valentín se sorprende al ver que Cristina lo va a buscar. Él la trata con mucha dureza, ella está muy nerviosa.

--¡¿se puede saber lo que haces aquí?¡

--te vine a buscar.

--¡claro típico de las cualquiera como tú¡

Ella lo mira llorosa:

--¿por qué me haces esto?

--¿¡y lo preguntas?¡

--¡todo el barrio sabe que te acostabas con ese viejo y que por eso tu hermano lo mató¡

La adolescente llora:

--¡me violó¡

--¡eso que te lo crea otro¡

él se quiere ir pero ella lo agarra del brazo con desesperación:

--¡yo te quiero y te necesito¡

él le da un empujón y le muestra la herida que dejó el golpe de ese hombre y dice:

--¡tú eres una mujer usada y a mi ya no me interesas... me podrías pegar cualquier cosa.¡


Adriana está muy impactada con el periódico en la mano. Ya sabe que el padre de su hijo fue asesinado. Se santigua pero se siente libre



Xýlon tiene una nueva visita... es Jose . Los dos se quedan mirándose el uno frente al otro con una mezcla de dolor y amor. Jose lo abraza con angustia y se desespera:

--¡yo no sé qué pasó pero no puedo creer que tú seas el asesino de mi padre pero quiero que sepas que yo te amo por encima de todas las cosas y que te apoyaré y que si tú mataste a mi padre es porque se lo merecía, yo siempre estaré a tu lado¡

A pesar que sus labios se acercan, que se llaman a gritos, que se desean,  Xýlon se separa y es que no olvida que el cojito se acostó supuestamente con su tío y le dice:

--¡a mi no me importa lo que tu creas, que me apoyes o no¡¡yo sí te odio y no te quiero volver a ver¡

Aunque esas palabras lo lastiman a él también Xýlon no le perdona que se entregara a otro hombre cuando aseguró que no lo haría.

--¡vete, vete con tu marido, ya sé que estás muy feliz a su lado¡

--¿de que hablas?

--¡vete, no te quiero volver a ver, vete¡

Jose le agarra la mano y el adolescente se estremece, Jose quiere saber lo que le pasa pero Xýlon llama a gritos a los vigilantes para que se lleven al hombre. Jose no se quiere ir y casi se lo tienen que llevar a arrastras. Grita, le suplica a su amado que no lo eche de su lado. Xýlon llora cuando se cierra la puerta y vuelve a su celda. Llora desesperado.

--te amo, te amo... –dice el griego.

Jose es sacado del Centro a la fuerza, grita el nombre de su amado. Es un grito de desesperación.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capítulo 29 y ultimo

  Xylón está corriendo por los jardines del centro. Le gusta estar al aire libre, por unos segundos siente que no está encerrado. A lo lejos...