martes, 22 de septiembre de 2020

Capítulo 25

 





Manuel está algo confundido. Visita el cementerio. Quiere ir a ver la tumba del hombre al que siempre consideró su padre. Le sorprende ver a una joven en la tumba. Es Adriana. 

--¿¿qué tiene que ver esa chica con mi padre?

Se queda escondido tras un ciprés. Así escucha todo lo que dice. La tumba del hombre está muy abandonado:

--es que ni tu familia te quiere. No me extraña. Violaste a una niña. Espero que mi hijo no herede tus malos genes. Le inventaré un papá hermoso y no uno que abusó de mí, que me tomó a la fuerza y me obligó a ser su amante con chantajes. Me amenazaba con mi hijo que es lo único bueno que tengo.

Manuel está muy sorprendido por lo que está escuchando. Ni respira porque quiere enterarse de todo. Adriana está muy atormentada:

--me obligaste a ser tuya, me convertiste en una ramera porque sabías que no tenía dinero y tuve que ser tu amante para poder comer y alimentar a ese hijo que me hiciste a la fuerza.

Manuel entonces sí se da a descubrir. Ya no necesita saber más.

--¡¿¿fuiste la amante de mi padre?¿ ¿¿tienes un hijo de él?

Manuel está casi en shock. Adriana no entiende nada. Señala la tumba de Agustín:

--¿Eras su hijo?

Manuel hace que sí con la cabeza:

--aunque adoptivo.

--Bueno... mejor me voy.

Manuel la agarra del brazo:

--no te vayas.

Adriana está muy asustada:

--¡no me hagas daño¡

Manuel le sonríe:

--quiero conocer a mi hermano. Quiero saber todo lo que pasó.

Adriana se relaja. Los dos salen del cementerio. Van hablando.

--¿cómo se llama tu hijo?

--Agustín.

--Creí que mi padre te forzó a estar con él.

--Así es, la primera vez. Luego al estar embarazada me dijo que sólo se ocuparía de mi hijo si yo era su amante. Me obligó a ponerle su nombre.

--¿y has sido su amante todo este tiempo? 

--¡no... yo fui la amante de tu padre por necesidad pero por mi hijo salí adelante y lo dejé cuando logré un buen empleo?

--¿no reconoció a tu hijo, no?

Adriana hace que no con la cabeza. Los dos han conectado bastante bien. Juntos van a la guardería donde está el pequeño Agustín. El niño lo mira con interés. Manuel lo agarra con mucho cariño. Los dos juegan como padre e hijo en el parque. Adriana se queda aparte, los mira emocionada. Manuel regresa al rato riendo y cansado. El niño juega con otros.

--tu hijo es incansable.

Adriana le sonríe contenta:

--gracias por querer conocerlo.

--Sé que te va a parecer una locura lo que te quiero proponer pero ¿te casarías conmigo?

Adriana se molesta:

--¡¡no me vas a tomar el pelo¡

Ella se quiere ir de su lado pero Manuel no la deja:

--¡¡Eso es lo que mi padre debió hacer pero yo puedo¡ ¡¡quiero tratar a tu hijo pero ¿qué le vamos a decir de su padre?¡ ¡¡Es más fácil si él cree que soy su padre¡¡es muy pequeño, yo le quiero dar su apellido pero...¡¡ ¿¿porqué no casarnos? Un matrimonio de interés Para devolverte el honor, para que nadie le pueda decir nada a tu hijo. Luego nos divorciamos.

Adriana no se lo toma en serio agarra a su hijo y dice:

--¡¡no sé lo que pretendas pero no te acerques a mí ni a mi hijo¡

Adriana lo mira con pena. Le gusta ese chico pero le parece demasiado loca su propuesta y hace que desconfíe de él


Manuel está en su casa algo angustiado. Siente que se ha precipitado con Adriana. Entiende que ella se asustara pero le hubiera gustado ser el papá de ese niño.

--¿¿y si no lo vuelvo a ver?

Eso lo angustia mucho. Llaman a la puerta. Es Tomás.

--¿¿¡qué haces aquí?¡

Manuel se angustia mucho. Su madre está en la cocina y no quiere un escándalo. Además tiene miedo que le quiera reclamar por ser amante de su esposa.

--hijo, necesito hablar contigo.

Manuel se siente muy mal. No puede mirarlo a la cara.

--ahora no.

--Es por Xýlon, es por tu hermano.

Aunque se siente un miserable, el cariño hacia su hermano es verdadero. Le preocupa su suerte.

--venga, pero no aquí... salgamos a la plaza.

Tomás abraza por los hombros a su hijo, le duele que éste está tan frio con él.

--hijo, ¿te pasa algo conmigo? Creí que me estabas empezando a aceptar pero ahora te siento de nuevo frío.

Manuel siente pena de su padre. No sabe cómo actuar ya que el problema es que se ha acostado con su esposa.

--tu hermano pregunta por ti¿porqué no vamos los dos a verle?

Manuel tiene muchas ganas de ver a su hermano pero cree que no tiene derecho, le da vergüenza después de haberse acostado una vez más con su madre. Tomás insiste:

--creí que ibas a ser su hermano, él te necesita más que nunca. Cristina es demasiado niña y Carlota ... tenemos miedo que se delate. No va a ir.Sólo nos tiene a ti y a mí.

--sí, yo iré a verlo pero iré yo sólo.

Tomás fuerza una sonrisa. Le emociona que sus hijos se traten como hermano pero le da pena que el mayor de su hijo lo rechace




Al día siguiente los hermanos se funden en un abrazo.

--¡¡que bueno verte, hermano¡ ¡¡creí que nunca ibas a volver¡ --le dice Xýlon.

Manuel acaricia y besa a su hermano:

--Siempre estaré contigo. Siempre.

Luego los dos se sientan.

--¿cómo va todo?¿que haces? --le pregunta Manuel.

Xýlon lo que quiere es saber del exterior, de Jose pero se da cuenta que su hermano evade el tema.

--¿¿qué pasa?¿pasa algo malo con Jose ?

Manuel no sabe si es bueno decirle la verdad, piensa que le hará más daño pero tampoco no quiere ilusionarlo. Se calla. Xýlon insiste:

--¡¡dime lo que sea¡ ¿¿es Pablo?¿están felices ¿no?

El dolor de su hermano lo entristece:

--lo amas en serio ¿no?

Xýlon hace que sí con la cabeza:

--y Jose también me quiso mucho pero yo le fallé.Estoy pagando por matar a su padre, entiendo que lo nuestro no pueda ser.

Manuel le pone la mano en los hombros y con mucho cariño dice:

--lo siento pero lo mejor es que te olvides de él. Jose es feliz con Pablo. Llevan una vida de matrimonio normal.

Xýlon abraza a su hermano roto de dolor mientras que acaricia los recuerdos de su historia  con el cojito.





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