lunes, 21 de septiembre de 2020

Capítulo 3

 


Jose  está en la plaza dando una vuelta con su perro Zeus. Ya lleva un rato y decide que ya es hora de regresar. Cuando se acerca a la salida de la plaza su corazón empieza a latir fuertemente y es que el guapo Xýlon  está sentado en el respaldo de un banco al lado de su amigo Valentín . Jose  lo mira con deseo.
--que pena que siempre lo veo de noche, me gustaría verlo sin camisa y a la luz del día –piensa excitado.
Luego se siente culpable por sus pensamientos que considera sucios, se siente un depravado. Aunque no deja de repetirse que es un niño, el guapo adolescente lo vuelve loco. Siente una profunda atracción hacia él.
--lástima que yo no tenga unos años menos –-se dice con tristeza-—y que yo sea cojo.
Xýlon  bosteza estirando los brazos. Sus axilas sin pelo, su tierno y liso pecho enloquecen al hombre. Está muy delgadito pero se le hacen unas arrugas en la barriga. Jose  lo devora con deseo. Siente un calor interno que lo ahoga. Nunca se había sentido así. Es un volcán que necesita entrar en erupción.


--¡Mira el cojo se ha enamorado de ti. Si estás muy desesperado con ese tienes sexo seguro. Esta tan desesperado que te dejará hacer lo que quieras  --dice Valentín riendo a su amigo y señalando a Jose .
Xýlon  no dice nada, está muy nervioso. Al pasar por el lado de los chicos, Jose  se da cuenta que están hablando de él
--¡míralo, ya lo tienes aquí¡ ¡te está violando con la mirada el muy guarro ¡ --Valentín con desprecio.
--ya, ya –-dice Xýlon  nervioso ya que no quiere que el hombre se dé cuenta de lo que están hablando.
Xýlon  saluda al hombre que se va feliz y suspirando como un adolescente. Valentín habla de broma pero el griego tiene demasiadas ganas de sexo y el deseo de Jose lo excita. Mira hacia donde se ha ido.

En casa de Jose , Agustín  está emborrachándose. Está frustrado porque ya no seduce a las jovencitas como antes y se tiene que resignar a hacerlo con su esposa que cada vez está más distante. Asunción  no desea estar en otros brazos que no sean los de Tomás  . Llora sólo de pensar que su marido la volverá a hacer suya a la fuerza como se está convirtiendo en costumbre. La mujer recuerda con ternura los momentos que ha compartido con el padre de Xýlon . Desea volver a verlo. Lo llama al móvil. Tomás   se asusta al reconocer la voz de su amante. Habla en susurros para que su esposa no se entere.
--¿estás loca?¿por qué me llamas?
--es que te necesito, te quiero –-llora y suplica ella.
--No, no. Yo soy un hombre casado. No puede ser.
--yo te amo y estoy dispuesta a ser tu amante. si ya estuvimos juntos...
--eso fue un error que no se repetirá.
Asunción  llora:
--no me digas eso, vamos a la ferretería, en el almacén nadie nos descubrirá. Puede ser nuestro rincón secreto.
Él está tentado pero no quiere hacer daño a su esposa.


Jose  se estremece al oír que Xýlon  lo llama. Jose no imaginaba que él conocía su nombre y oírlo de labios del guapo adolescente le parece música celestial. Xýlon  se queda apartado agarrando a su perro.
--me gustaría decirte una cosa pero así con los perros pues no vamos a poder, yo voy a mi casa a dejar el mío, tú haz lo mismo y nos vemos en cinco minutos en la ferretería de mis abuelos. Ahí nadie nos va a molestar.
Jose  cree que está soñando. Se estremece sólo de pensar que estará a solas con el guapo adolescente.
--¡¿¡qué será lo que me quiera decir?¡¡ ¡será posible que?¡¡ ... ¡No, no¡¡ --se dice muy agitado--- ¡él no puede sentir nada por mi,  esto está mal¡
Jose se ha puesto tan nervioso, que sin decir nada, dando por hecho el sí, se va corriendo. No le da una respuesta al asustado adolescente que tiembla sólo de pensar que ha cometido un error y que encima se va a quedar con las ganas. Jose  se da cuenta del despiste y retrocede.
--te espero ¿eh? –-dice Jose antes de volver a salir corriendo.
El griego sonríe contento. El corazón de Jose está hirviendo:
--¡es una locura, no puede ser, no puede ser¡¡sólo es un niño¡¡ --está muy emocionado-- ¡no importa, no importa¡¡hacia mucho que nadie se había fijado en mi y lo mejor es que yo nunca había sentido esto tan fuerte por nadie¡¡ lo que tenga que pasar que pase¡
El deseo que siente es mucho más fuerte que sus miedos a ser humillado de nuevo.
Jose siente que el corazón de le va a salir de la garganta.

Asunción  suplica a Tomás   que se vean esa misma noche.
--te espero delante de la ferretería, no me falles. En cinco minutos estoy ahí.
--No, no¿no entiendes que no puede ser? –-dice él.
--¡claro que sí, te espero, no me hagas esto¡
Asunción  cuelga para no escuchar el no.
--¿¡oye?¡¿¡oye?¡
Tomás   se altera al ver que la mujer le ha colgado y sabe que es para no darle opción a no ir a la cita. Los recuerdos del primer amor lo estremecen.
--No puedo, no puedo dejarla plantada –-se dice.
Carlotta  no ha perdido detalle de la conversación, está celosa. No sabe de lo que han hablado pero está seguro que su marido hablaba con su amante.
--¿vas a algún lado, cariño? –-dice Carlotta  a su marido.
Tomás   quiere salir pero ella no está dispuesta a permitirlo. Xýlon  abre la puerta de su casa pero no llega a entrar. Suelta al perro y se va corriendo. Jose  hace lo mismo. 

Jose y  Xýlon se encuentran frente a la tienda. Entran nerviosos y el griego cierra la puerta con llave.
--aquí nadie nos molestará y podremos hablar tranquilos –--dice el griego temblando.
El corazón de los dos late fuertemente.
--que raro que te dejan las llaves de la tienda –-dice Jose.
--si bueno, en realidad le hice una copia a mi padre sin que se enterara. Siempre va bien tener un rincón donde no te molesten, vamos al almacén que aquí nos pueden ver.
Xýlon  es el primero en entrar. Está todo oscuro pero la oscura belleza del cuerpo del chico enloquece al hombre. Camina y se choca con el cuerpo del adolescente. Se estremece.

Asunción  llega en ese momento. Intenta entrar y se sorprende al ver que está cerrada.
--hubiera jurado que alguien entró. Vi que la puerta se cerraba, alguien tiene que estar dentro.
Da un pequeño golpe a los cristales por si hay alguien dentro. No ve quien está en el interior. No imagina que su hijo está ahí con el hijo de su amante. Jose  tampoco sospecha que su madre está fuera esperando al padre de Xýlon . El hombre y el adolescente están frente a frente. El corazón de los dos parece que va a estallar.
--¿por qué no abres la luz? Me gustaría verte –--Jose.
--No, no,  que se vería desde el exterior.
El griego  no se siente atraído por ese hombre y prefiere no verlo. Está nervioso pero se lanza. Abraza y besa al hombre con cierta torpeza y como  le responde le baja los pantalones y los calzoncillos. Jose  no puede creer lo que está pasando. El griego empuja al hombre hasta una mesa y se desabrocha los pantalones. Jose  lanza un pequeño grito de dolor cuando Xýlon  le clava el arma con brutalidad.
--más despacio --suplica el hombre.
El griego lo ignora, se retuerce de placer y lo único que le importa es su gozo y le da igual lo que sienta o si lastima a Jose. Jose  está gozando sólo por tener al apuesto joven en su cuerpo. Lamenta no poder verlo desnudo. Xýlon  es la cosa más bella del mundo. Lástima que está tan oscuro pero lo que se intuye es maravilloso. Después de explotar en el interior de Jose el griego se muestra brusco.
--¡lárgate y olvida lo que pasó¡¡No te conviene que se sepa¡¡
Jose está en shock pero no se lo hace repetir.










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